En la actualidad, es más que común entrar a un establecimiento y encontrar las famosas cajas registradoras combinadas con un punto de venta. Muchos de estos comerciantes, aún tienen bastante apego a este tipo de tecnología que les ha funcionado en el pasado.
No obstante, con el paso de los años y el desarrollo de la tecnología en el sector de la hostelería, ha dado paso a sistemas más modernos de gestión, administración de pedidos, experiencia del cliente, control de stock, etc. Y todo informatizado. Estos nuevos sistemas informáticos, son denominados como TPV o Terminal Punto de Venta.
Dicho esto, para elegir qué sistema es el ideal para tu peluquería, bar, restaurante, tienda de ropa o cualquier otro comercio, en primer lugar, deberemos definir qué es una caja registradora y qué es un TPV.
¿Qué es una caja registradora?
La caja registradora se inventó en 1879 y en sus inicios, era un aparato mecánico. Con el paso de las décadas, fue evolucionando adquiriendo electrónica para poder realizar procesos de cálculo y de registro transaccional. La caja registradora, cuenta con un cajón portamonedas integrado para guardar dinero del comercio a la hora de realizar los pagos y devoluciones por parte del cliente.
¿Qué es un TPV?
Un TPV es un sistema que permite gestionar de forma unificada todas las operaciones que pueda tener un negocio. Este aparato es un ordenador que suele tener una pantalla táctil y una app o software específico para tu negocio.
Estas aplicaciones vienen preparadas para que puedas realizar control de stock, ventas directas, reserva, pedidos a domicilio, valoración del cliente para mejorar su experiencia en el futuro, y un sinfín de añadidos que te hará tu vida laboral y el de tus empleados más fácil.